miércoles, 30 de julio de 2014

Maratón de las Tucas 2014

MARATÓN DEL ANETO:
LAS EXCUSAS SON PARA LOS COBARDES






Esta historia comenzó hace muchos meses cuando mi amigo Luis Lizana empezó a pincharme con la Maratón del Aneto… "tienes que correrla que te gustará". Aquello era justo hace un año, antes de la edición del 2013.  Yo no la corrí porque no daba la talla ni para llegar al primer avituallamiento y él, que sí la corrió, hizo un tiempo de 6:27. Ahí es nada.

A partir de ese momento los acontecimientos se sucedieron de manera lenta pero inexorable: un invierno sin subir a Pirineos y corriendo por Valencia, mi amigo Miguel Vidal (que ya ha salido en este blog varias veces) dándome cera con mucha guasa -¡eres una máquina, lo tuyo es pura genética, tienes que ir al Maratón del Aneto…¡, la comunión de mi sobrina Paola en la que todo dios me decía que estaba como un toro…. Eso, unido a que estoy un poco "payá", a que tenía reserva en el Hotel Ciria por si las moscas y que Mª José ya no soportaba más la murga diaria de "...no se si podré, no creo que pueda…", me llevaron a inscribirme en el Maratón de las Tucas.

LA PREVIA

Metido en harina, me pongo a entrenar en serio en Junio y en la segunda semana de Julio, estando de vacaciones en el Valle de Boí, haciendo eso que  la gente que corre llama "cuestas", y que mis amigos llaman "estás muy tonto subiendo y bajando todo el rato"…., el Tendón de Aquiles dijo que no podía más.

Así que me fui a visitar a mi fisco Ramón Punzano, un orfebre de la musculatura, con la esperanza de que obrara un milagro. Varias sesiones de magia y el tendón mejora. No me da el alta total pero sí su bendición y si Ramón me da su bendición, es suficiente para mi.

Llamo a mi amigo Arturo Collados para decirle que subo. El también tiene su historia. Una semana antes de subir se destroza el talón en un parque acuático y no puede caminar. Mi llamada obra un pequeño milagro y Arturo decide subir y correr. Seremos los cojos de la carrera. ¡Gilipollas pero con dos huevos!

EL DIA ANTERIOR A LA CARRERA

Allá que me voy con la familia. A Benasque. Si señor. 

Allí me encuentro con Arturo y su familia -su mujer Noelia y sus hijos Hugo y Enzo- con los que íbamos a pasar un fantástico fin de semana, con Miguel Vidal "Terminator" que se prueba aquí antes de ir a correr al Mont Blanc este agosto, con Alberto Cases amigo de Alcañiz y uno de los culpables en la comunión de mi sobrina de que me inscribiera, con Roberto Prades que acabaría ganando la Maratón, con mi primo Joaquín que corre la Media Maratón….. 

Estoy como en casa.

Arturo y yo cogemos la bolsa del corredor, no sin alguna actuación estelar tipo Faemino y Cansado, y nos vamos a cenar con la familia. Más nervioso no puedo estar. En el hotel lo preparo "todo" con ayuda de Aitana que lee la lista del material que debo llevar. Perfecto. A dormir.

LA CARRERA

Suena el despertador a las 6:30 y bajo a desayunar. Entrar, no entra nada, pero a base de empujar con ahínco, algo como. Subo a mi habitación, cojo la mochila y bajo a la calle más asustado que preparado.

Hace fresco. Bien, eso me gusta. He quedado con Arturo para ir juntos. Un compañero no me vendrá mal. Es mi primera maratón…., y mi primera maratón de montaña. Mejor ir con este crack de la montaña que yo sólo, que soy un pipiolo.


Pasamos el control, a falta de 10 minutos. Entramos y notamos el olor del nerviosismo de la gente…, alguien no sabe gestionar su miedo y pierde gas… ¡joder que inicio!. Nos quedamos detrás. En el briefing previo a la carrera pidieron que los que fuéramos lentorros que nos quedáramos atrás. Y nosotros somos muy obedientes…, pero muy tontos.


Una pasada del helicóptero de la Guardia Civil, a casi ras de suelo y el speaker, que no para de hablar, da la salida. 

Primera tramo. Benasque-Cabaña del Turmo: 10 Km.

Salimos despacio, a trompicones, somos muchos y las calles de Benasque se estrechan, así que me da tiempo de hacer una foto a mis hooligans. Aitana se acerca a darme un beso de despedida y por poco la arrollan -la pobre pasó más nervios que yo-.


Llegamos a la carretera pero nosotros tomamos  una pista paralela. Vamos corriendo despacio y viendo la serpiente de colores que llevamos por delante. Mucha gente…. al mismo ritmo que nosotros. Ahí nos damos cuenta que hemos sido unos inocentes…, quizás si nos hubiéramos colocado más adelante…, pero no hay remedio. Vamos a un trote gorrinero muy cómodo.



Dejamos la pista que discurre junto a la carretera y nos desviamos a la izquierda para buscar la entrada al Valle de Estós. De una pista ancha pasamos a una senda estrecha. Consecuencia: atasco total y a caminar un buen rato… ¡por dios, cuanta gente somos!


Comienzan las subidas y podemos ver lo que hemos dejado atrás.


Las primeras rampas de la entrada al valle ocasionan los primeros huecos entre los corredores. El que no puede correr, tapona, y aparecen los huecos. 



En el Km 5 Arturo se dobla el pie malo. Yo arranco en las cuestas y el no puede. Como me ve encabritado me dice que tire. Yo dudo en tirar, pero cuando me lo dice por tercera vez, me voy. ¡Joder, acabo de abandonar a mi compañero…! Eso no es lealtad ni nada de nada…, pero salgo con ganas de correr.

El tendón no me duele, aunque me marca, así que voy tirando y pasando gente ahora que las cuestas no son fuertes.



No se como voy en la carrera, pero pongo buen ritmo y voy pasando gente. La fila está rota y con muchos huecos. Gente que sólo camina. Otros que caminan y corren. Algunos descerebrados corremos más que andamos. Paso a gente de Alcañiz; saludo y sigo...



Las referencias para senderistas no valen, hay que traducir minutos caminando a minutos correteando.


Km 10. Cabaña del Turmo. Desnivel acumulado 670 mts. Voy bien, muy bien. Hace calor y bebo bastante. Sudo como una mala bestia pero todo es felicidad, prados, flores y alegría. Soy el Forrest Gump del Pirineo...



Segundo tramo. Cabaña del Turmo-Collado de la Plana: 10 Km.

A partir de aquí, ya pica la subida. La pista ancha se convierte en senda. El que quiera adelantar lo tendrá que hacer por fuera o pedir paso. Comienza la carrera de verdad. Cada vez hay más huecos y me doy cuenta de que voy "retrasadito".




Llegamos al Refugio de Estós después de 12 Km. Hay que subir y marcar paso con el chip. Allí me cruzo con Alberto Cases que me saluda con una sonrisa. Me dice que va bien. Me alegro.

Al llegar al refugio, la marabunta, la estampida, el gentío, la muchedumbre…..


Es la fiesta fin de curso. Todo el mundo comiendo y bebiendo. Pregunto si hay cola y me miran, con la boca llena, como si estuviera en el club de la comedia. Pues vale…, a lo vikingo. Cojo un trozo de melón y bebo aquarius. No estoy más de 2-3 minutos. No estoy cansado y no tengo hambre, así que sigo.

Al bajar me cruzo con Arturo. Le digo que si le espero y me dice que lo que quiera, así que en el cruce que me manda hacia el otro lado del valle, me paro unos minutos. La gente pasa y Arturo no viene. No se si está bien o no, así que decido tirar.

La primera rampa de verdad se toma nada más cruzar el río. Cuando la acabas, el refugio queda muy abajo.


Comienza una zona trotona; 3-4 Km de terreno en bajada, con repechos y llanos en los que hay que ir con cuidado de no tropezar con una raíz o una piedra. 



A eso del Km 16 nos topamos con el primero de los ibones de Batisielles y girando a mano derecha comienza el muro, la subida fuerte. Llevamos unos 1000 mts de desnivel.

Ahí se ralentiza mi marcha. No queda otra. La subida se torna fuerte y toca caminar. Al mejor ritmo que pueda, pero caminar. Todo va bien y me siento cómodo hasta el Km 17. El tendón me da un pinchazo de aviso. Paro un momento y me toco. Sigo y al cabo de un par de minutos el pinchazo se convierte en dolor y el dolor en rampa cada vez que piso. Del talón a mitad de gemelo, cada vez que piso…, cada vez que piso.

No se me va el dolor y me doy cuenta que la carrera ha acabado. El tendón ha dicho basta. La cuestión es saber si aguantará para volver a Benasque. Estoy a mitad de carrera y retroceder es una tontería. Es cuestión de seguir…, como pueda.

Cada 5 minutos tengo que parar. No me da para más. Miro el reloj y no hay forma de que el GPS marque el km 18…, así que cambio a modo hora y me quito presión. Ya llegaré al km 20 cuando sea...

La gente me pasa…, mucha gente. algunos con cara de no ir muy bien, pero me pasan. Y yo me agobio. Pero subo poco a poco. 

Los ibones se van sucediendo y el collado está cada vez mas cerca, pero no llega. 



El verdadero Collado de la Plana no se ve desde los ibones. Eso me lo conozco. La gente mira el collado que tenemos enfrente y se viene arriba. Yo no. Cuando llegas a lo que parece el final, hay que girar a la derecha y subir un poco más. Es una trampa visual con muy mala leche.


Voy mirando atrás para disfrutar del paisaje, pero sobre todo para ver cuanta gente me "persigue".



Llego al Collado de la Plana que está a 2700 mts y paso el chip de control. Llevo un desnivel de 1800 mts. El tendón y el gemelo son un poema…., trágico, pero un poema. Me siento y estoy dándome masaje más de diez minutos. Me duele bastante y no hago más que jurar en hebreo por la mala suerte que tengo.

Decido comer algo. No he comido nada desde el Refugio de Estós -un trozo de melón y unas gominolas-. Pero las desgracias nunca vienen solas y hoy soy Calimero -el pollo negro al que le pasan todas las desgracias: ME HE OLVIDADO LA COMIDA EN EL HOTEL.

En fin…, lo que me faltaba. La gente sacando barras de pan, nocilla, embutido, barritas…., y yo a dieta. Sólo llevo un gel con cafeína para las urgencias. Y la cafeína con el estómago vacío me cae fatal. Pues me tomo el gel y decido continuar hasta el avituallamiento del Refugio de Angel Orús.

Foto del Km 20, relleno agua y para abajo. ¡Jesús, que día!


Tercer tramo. Collado de la Plana-Eriste: 12 Km.

El descenso es la parte que más temo. Mi rodilla izquierda lo puede acusar…, pero como mi tobillo izquierdo y mi gemelo izquierdo están también mal, me dejo llevar. Mi pierna izquierda es como la izquierda política española, está de pena y no parece que vaya a mejorar.

Pero bajando no me duele tanto. La pierna pisa distinto y no me da rampa. Sólo noto el dolor del tendón que es llevadero. Así que me lanzo en un descenso rápido que me permite ir enlazando con un grupo detrás de otro. 




El refugio de Angel Orús está a 5 Km del collado, pero se ve desde un primer momento y engaña. Esta vez, a mi también. Parece que llegas pero no. La senda baja con pendiente pronunciada hasta enlazar con la que sube hacia el Posets. Entro en terreno muy conocido.



Llego al Refugio de Angel Orús casi en 6 horas. Un retraso tremendo si pienso en cuanto quería haber llegado, pero no hay más que hablar. Es lo que hay.

Me posiciono junto a la palangana del melón y no dejo que nadie se acerque. Tengo más hambre que metros cuadrados tiene el cielo. Como melón sin parar y un par de sandwiches y plátano y sopa y…., de todo. Sacio el hambre. Primer objetivo. Me siento a darme masajes en el tendón. Segundo objetivo. No tengo más que hacer. Para abajo.

Me uno a un grupo de valencianos que baja a un ritmo prudente para mi. Así que me uno a ellos y no pretendo más. La senda es trotona y voy bien.

Llegamos a la altura del parking y ya voy sólo. Pasamos un buen trecho de pista con cemento y no desviamos a la derecha. Es el Km 30 y hemos descendido 1000 mts. 

Foto de los 30 Km y del careto. Voy sufriendo y se nota.



Esta parte no la conozco. Es una senda nueva para mi que me lleva hasta Eriste. 

Al entrar en el pueblo una bofetada de calor. Llevo 7 horas. Paso el chip de control y como unos frutos secos, pero sobre todo bebo agua y me mojo la cabeza. 

Cuarto tramo. Eriste-Benasque: 8 Km.

Esta es la peor parte. Aitana y Mª José me esperan en Anciles y yo estoy por tirar la toalla y decirles que me lleven de camino al hotel. Me duele mucho y es una cuestión de prudencia. Me he demostrado que puedo acabar y seguir me parece un poco estúpido.

Pero al llegar a Anciles están esperándome, gritando como locas, con carteles de ánimo. Aitana viene corriendo a darme un abrazo y me dice lo orgullosa que está de su papá y yo me pongo a llorar como un concursante moñas de Gran Hermano. Soy una nenaza.



Y con el subidón de que la familia te anime así…, pues desembarcas en Normandía con una abrelatas…, así de claro. Y sigo para arriba sufriendo como una mula vieja pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Llegar al Molino de Cerler es una odisea pero llego. Por la subida dejo atrás a mucha gente sentada, pero me pasan muchos más, con lo cual, lo comido por lo servido. 

Paso el chip y el tipo de la organización me dice: 

-4 km más y la gloria.

La Gloria debe de ser una mujer muy hermosa, pero yo solo quiero tomar una cerveza y parar. La Gloria se la dejo para él.

Cruzo el parking y comienzo a bajar.



Hago los 40 Km y me siento feliz. Ya estoy…, casi.


La bajada es interminable. Oyes al speaker hablar, ves Benasque a tus pies, pero nunca llegas.


Por fin, el cementerio, la carretera y el pueblo. La gente grita y yo alucino… ¡pero si debo ser el antepenúltimo! Antes de torcer para la recta de meta me espera la familia. Aitana viene corriendo hacia mi y me abraza y yo a ella. Esta vez no lloro, hay mucha gente. De la mano entramos en la última recta. La gente grita mucho y puedo jurar que no recuerdo que me doliera el pie -aunque me debía doler porque hay imágenes en las que cojeo-.

No veo a nadie. Solo veo a mi hija que me sonríe. El cronómetro me deja pasar en 8:59. Soy SUB 9… Abrazo a Aitana y si que lloro. Me hacen fotos y me quiero marchar a por Mª José. Pero me paran y me llevan a que marque el chip: 9:00:07…. ¡Hombre, no me jodas!… Soy SUB 10. Es que no tengo suerte ni para eso.

LA POSTCARRERA

La gente viene a saludarme y a felicitarme. Parece que el speaker me ha recibido diciendo que llegaba con "graves y evidentes problemas" y se acercan a mi para ver cómo estoy. Se agradece ver caras de corredores con los que había coincidido.

Me tomo la cerveza y me voy con Mª José. Allí está Miguel…., ¡qué grande!…el tío me viene a felicitar…¡pero si tengo que fecilitarle yo a él!. No le ha ido muy bien pero ha acabado -sin comer- en 7:24. Es un fiera y además buena gente.

Mi amigo Arturo acabó la carrera…, con dos…., en 9:42. Eso si tiene mérito. Llegó tocado y acabó peor, pero acabó. ¡Un crack!

Alberto Cases, en su primera maratón, remató en 8:06. Un toro, es un toro.

De Roberto Prades nada que decir, 5:08 y sin apretar. ¡Qué cabrón!

Yo, con mis 9:00:07 quedé raro. Contento por haber sido capaz de acabar una maratón de montaña que dicen que es dura -no sabría decir, porque es la única que he corrido-, pero cabreado porque no llegué ni cansado ni muscularmente tocado…, vamos, que podría haberlo hecho mejor. 

PERO LAS EXCUSAS SON PARA LOS COBARDES. Esta fue mi carrera y no pude hacerlo mejor.



Y si no es por mi gente, ni eso…


Y para acabar…., un video con las pocas imágenes que pude tomar…..



viernes, 11 de julio de 2014

P.N. Aiguestortes I

DEL EMBALSE DELS CAVALLERS AL REFUGIO DE VENTOSA Y CALVELL


Estamos unos días en el Valle de Boí con nuestros amigos Carlos, Marga y Alberto y es una buena ocasión para probar hasta donde son capaces de aguantar los pequeños.

Aberto y Aitana son unos caraduras. Te pones a caminar con ellos y rápidamente se quejan de dolores de piernas, de espalda, de cansancio infinito, de aburrimiento…, pero en esta ocasión no cedimos y los llevamos hasta donde queríamos llegar los mayores. 

Increible, no se quejaron.

Nos acercamos al Embalse dels Cavallers por la carretera L-500 que discurre por todo el valle de Boí pasando junto al balneario de Caldes. Sólo las vistas desde el embalse ya merecen la pena.

El día estaba fresquete y eso nos iba a facilitar la excursión. Salimos tarde, como casi siempre, pero estando de vacaciones no hay que estresarse ni con la hora.

Desde el parking de la presa -1.790 mts- ya viene marcado el camino, así que lo primero es remontarla.





En el embalse, las vistas animan a caminar desde el primer momento, así que tomamos la senda que lo bordea por la derecha.





La senda es una preciosidad. El agua está limpísima y las vistas mejoran a medida que avanzamos.





Vemos el rastro que dejó un alud…, y lo que debió quedar del senderista al que pilló.



Una parada rápida para tomar fuerzas en la cola del embalse y nos ponemos a subir las primeras rampas.

Aitana, a su paso, todo el rato junto a Mª José. Alberto pone el turbo y desaparece por encima de nosotros.





Llegamos a un primer rellano con vacas. Es la Pleta del río Malo, a 1.820 mts, donde ya encontramos desvío hacia los Besiberri.




Con cuidado de no molestar a las vacas y a sus terneros, llegamos al final del plano, donde comienza el Parque Nacional y la segunda rampa, ésta sí, más larga y empinada.






Los Besiberri ya asoman por detrás de nosotros…, llegará el momento de volver a por ellos. Pero está claro que aún tardaré.


Poco a poco vamos subiendo. Ligeros. Aitana y Alberto no dicen nada y siguen como un par de campeones. Ya llegamos….


Por fin, coronamos el segundo repecho y nos damos de frente con el Lago Negre -2070 mts-. 

Alegría y frenesí…., pero Aitana dice... "hasta aquí".


No ha estado mal. Hemos llegado casi al refugio. Nos han faltado… ¡10 minutos!. Pero no hay que apretar. Es tarde y tiene hambre.

Comemos bien y luego algunos deciden dormir siesta y otros -Alberto y yo- nos bajamos hasta el lago.







Como estamos junto al refugio, Carlos y yo decidimos tomarnos un "cortadico". Así que, para allá que nos vamos.







Con todo el equipo descansado, decidimos bajar. Aitana y Alberto ya saben el camino, así que van marchando ellos solos, hasta que les ponemos freno.



Una bajada muy tranquila buscando marmotas y deseando tomar una cerveza en el pueblo.








No hubo foto final con cerveza, se me pasó. Cenamos en Boí, los pequeños unas pizzas y los mayores unas tostas.

La foto que sí hice fue la del día siguiente, la del día de descanso en el que luchamos contra el fuego…, y ganamos!!!